No. No puedo.
No puedo sufrir por todos los niños que pasan hambre.
No puedo sufrir por todas las mujeres que reciben un golpe ni por todos los hombres que están enfermos.
No puedo sufrir por la política, ni por la economía.
¿Por qué?
Porque creo que me moriría. No puedo sufrir más de lo que ya sufro.
Sufro por los jóvenes sin sueños.
Sufro por la información y por la formación que reciben los jóvenes emprendedores en Galicia.
Sufro por las personas con falta de confianza.
Sufro por las personas con miedo.
Sufro por la orientación profesional que le dan a los jóvenes españoles.
Sufro… por lo que puedo cambiar.
Y si te das cuenta…
Sufro por unas cosas que pueden cambiar las otras. Además, cambio el sufrimiento por puro amor eliminando el sufrimiento de un soplido.
“Suspiro y me pongo a trabajar motivado”
¿Qué quieres que te diga?
Que no sufras por nada.
¡Ama algo!
Haz “algo” por cambiar el mundo.