Claro claro… la astilla. Se me clavó la astilla.
Me dice:
“Voy a Vigo, ¿te apetece venir a…?”
– ¡Sí claro, allí estaré!
Arranqué desde Ferrol, y conduje 2 horas por autopista hasta el lugar donde Jaime sería el ponente de una charla privada sobre adaptación al mundo digital dirigida a empresarios.
¿Dudarías en ver en acción a uno de tus referentes? ¿A qué no?
Pues… ¡salí un día antes! jajaja.
Llámame despistado, o emocionado, el caso es que llegué a Vigo y lo llamé por teléfono:
– Hola Jaime, ya estoy aquí delante del hotel “Nomeacuerdo”.
– Hola Iván, pues en 5 minutos me reúno contigo.
Y nada más colgar me vuelve a llamar:
– “Oye Iván, ¿no habíamos quedado el día 14, mañana?”
– “¡Ouch! sí, perdona…”
– “No pasa nada, ¿puedes venir a esta otra dirección?”
Y fuí a esa charla que os decía.
La ponencia del día 14 no sé qué tal salió porque no la vi (por tonto jaja), pero la del día 13…
¡Oh, que buena!
Sobre todo en los momentos que habla con el corazón. Ahí me sentí identificado con él porque yo también trabajo así, y realmente creo que por eso somos amigos.
“Por amor al arte”
Lo que hizo este tío por mí fue tan grande que ni te lo imaginas. No me refiero a invitarme a esa charla y tampoco me refiero a su disposición para ayudarme en el curso de Experto en eMarketing que hice en Marketing Surfers. En este curso, mi tutora Sara Herrera ya estaba trabajando a tope conmigo, de modo que el apoyo de Jaime era un plus que no venía a cuento (más o menos jeje).
La frase que más usaba Sara conmigo era:
“¡Vamos a ello!”
Así que te puedes imaginar que yo estaba en mi salsa enriquecida con optimismo. La recordaré siempre y la quiero mucho pero bueno… este… Jaime… pues eso… se me clavó sin remedio.
Se empeñó en estar a mi lado y por supuesto lo recibí con mucho agrado porque cualquier consejo suyo es una obra de arte.
Una obra de amor al arte.
¡Pero oye! No te lo estoy vendiendo, ni el curso de Experto en eMarketing ni al protagonista de esta historia.
Te cuento todo esto porque fue mi Ché Guevara y creo que lo es para cualquiera que desee conocerlo.
Si no lo conocías hasta hoy, para ti también será el Ché 2.0, te lo prometo.
Lo conozco desde hace mucho pero en 2015 hizo algo que me impactó y me empujó a hacer este artículo. Sacó a la luz el mejor blog personal que he visto en mi vida. Su blog.
El mío lo hice en 2012 y siento una envidia terrible por no haberlo creado de la misma manera que él.
¡Y no me refiero al diseño!
¡¡Ni al neuromarketing!!
(Que también jaja)
Me refiero a muchos detalles, pero sólo te hablaré un poco acerca de uno que yo mismo podía haber intuído si exprimiese mejor la lección de “Juan Merodio en Zaragoza – 2011”.
Por aquel entonces yo escribía en libretas todo lo que decían Juan y varias personas más en sus ponencias. Así memorizaba mejor lo que me apasionaba. Pues bien… Jaime inició su blog en 2015 como decía, y me acordé de inmediato de aquella charla y de la libreta exacta donde tenía ese detalle apuntado.
¡Salté de la silla y fuí corriendo a por la libreta verde clarito!
¡Empecé a pasar hojas rapidísimo buscando un dibujo en las páginas de izquierdas… y precisamente ese dibujo era la llave mágica que necesitaba!
Una pirámide.
Cuando la encontré se me quedó la cara de gilipollas que ya sabía que se me iba a quedar cuando la encontrara, pero necesitaba corroborarlo, y efectivamente “es increíble”.
Una simple pirámide olvidada por mí en un papel, la utiliza Jaime de una forma inexplicable (por mucho que me enrolle).
¡Es el Ché 2.0 abriendo el camino!
Ha creado el mejor blog del mundo hasta la fecha. Y es que:
“Jaime tiene un puto don”
De él podemos aprender a desarrollar una marca personal ejemplar, y solamente fijándote mucho en “cómo lo hace” estarás de acuerdo con todo lo que digo y cómo lo digo.
Si miras el Blog de Jaime desde el principio es posible que no veas la comparación con el Ché y para que te hagas una idea de como me siento, es como si ves un extraterrestre y nadie más de tu alrededor lo ve.
“Nos libera enseñándonos un punto de vista nuevo hacia el desarrollo de la comunidad”
Y eso me recordó al Ché. Lo veo.
No hablaré más de la pirámide perfecta que realizó con su familia, sus amigos y conocidos pero si recuerdas esta imagen… cuando leas su blog verás algo que pasa desapercibido para la mayoría.
Esto que ves es lo que debes hacer con tu vida o con tu empresa. Y si montas un blog, te repito que el mejor ejemplo que puedes seguir es el de Jaime. ¡Síguelo!
Tampoco hablaré de artículos concretos muy guapos porque es mejor que los veas por ti mism@.
¡Es increíble!
Pero bueno… si dejamos a un lado la perfección profesional, y hablamos de simple transparencia llegaremos al punto donde más se me clava la astilla… y donde se me clavó el palo.
El palo se llama Jaime, también, y lo encontré por casualidad.
En el año 2014 busqué el nombre y apellido de Jaimito en Google y me encontré con su padre. Así me enteré de que se llaman igual (Jaime López-Chicheri).
Vi un blog lleno de sentido común, al que me lancé con mis garras para atraparlo y comérmelo.
¡Que cabrón el palo!
¡Perdón perdón!
Quería decir… “El Tuerto”.
¡Que cabrón EL TUERTO!
Me hizo llorar en menos de 5 minutos, y al mismo tiempo me reía y aplaudía.
Sentía una alegría y emoción indescriptibles.
¿Qué pasó? ¿Qué vi?
Pues vi su blog, nada más, y te parecerá una tontería, pero esta fue mi experiencia cuando entré:
Le di a la rueda del ratón para bajar por un enorme listado de artículos, empezando por el año 2014 y cuando llegué al año 2012 paré de repente. Pretendía leer cualquier artículo que apareciese delante de mis ojos, y bien, apareció el siguiente:
“PUTAS INDIGNADAS (con mucha razón)”
La historia es fantástica pero eso no fue lo que me hizo saltar las lágrimas. Lo que me impactó fue ver su forma de escribir, su forma de enriquecer el post con imágenes o música… y yo que sé…
Su forma. La forma.
Me quedé flipado porque me pilló desprevenido. No pretendía encontrarlo.
Simplemente buscaba a la astilla, y tropecé con el palo.
Luego miré (inocentemente) un poco el palo y encontré una lección buenísima que no esperaba.
Por supuesto luego miré un poco más… aunque me quedé quebrado desde el 1′ y ya no veía bien.
Jamás me imaginaba antes de entrar que iba a ver algo tan espectacular. Me provocó escalofríos cuando leí su corazón al descubierto.
¿Por qué hace eso?
¿Por qué permite que cualquier persona entre en su corazón?
En fin… desde que vi su blog por primera vez, entré solamente dos veces más y pasaron meses entre vez y vez.
Las dos veces me hizo temblar de nuevo porque tropecé con más inspiración de la que buscaba. Definitivamente es un cabrón.
Jaja entiéndase “cabrón” (lo digo con cariño; no me jodáis la dirección del post con vuestros propios pensamientos).
Tú vas buscando inspiración y te da una clase magistral que te devuelve al sitio inspirado para meses.
Espero que te pase algo parecido cuando lo conozcas.
Desde entonces no me atrevo mucho a entrar en su blog porque sé que me va a remover el interior. Sé que me va a sensibilizar, e incluso la última vez, lo hizo contando una historia de la que no me sentía merecedor de conocer. Me daba la sensación de meterme en su vida y era como entrar en su casa sin llamar a la puerta.
Tremendo.
Tremendos. Los dos.
No sé porqué soy tan afortunado de aprender de todo esto y no lo entiendo.
Un día… Jaimito me llamó loco en su blog, pero ¿cómo no voy a estar loco?.
“Mi cordura sólo está disponible cuando algo no se escapa de mi comprensión”
Aprendo más de la astilla porque me deja trastornado con algunos rollos de su blog… y entro más a menudo, la verdad. Además aprendo detalles que me vienen genial para saciar mi sed, pero… el día que necesite oxígeno de la cima del Everest, en lugar de subir al Everest, entraré en el blog del Tuerto porque ya sé lo que voy a respirar.
Lo que me han hecho no es normal, y claro, ellos mismos ignoran lo que me han hecho; no son conscientes de lo que busco ni de lo que aprendí con ellos.
“Simplemente” son ejemplares y escribo sobre ellos como grandes profesores que he tenido en este camino; y que tengo.
Espero que me perdonéis todos, por las injusticias cometidas en este post, sobre todo tú, el lector. Discúlpame por no ir al grano.
Mi excusa es que es muy difícil por culpa de estos dos, a los que me dirijo de tú a tú y termino:
Gracias Jaime, padre y palo, por transmitir los mensajes que salen de tu corazón, y gracias por traer al mundo al nuevo Ché Guevara 2.0. Tu hijo.
Gracias Jaime, hijo y astilla, por clavarte en mi vida. Gracias por enseñarme más de lo que puedo explicar. Lo aprovecharé, te lo prometo.
¡Gracias a los dos! ¡Conoceros fue como meter los dedos en un enchufe!
Y tú!! querido lector!! …
Si quieres electrocutarte puedes hacerlo sin pedir permiso, entrando en el blog de Jaime Chicheri, o en el de su hijo Jaime Chicheri.
El que prefieras. 😉
Qué bonito Iván. No muchas veces te dedican algo tan bonito. De verdad. Lo guardo para leerlo cada vez que piense que mi trabajo no llega. Llega, cuando ves que has impactado en alguien. Me enfadaré cuando vea que hemos estado q menos de 50 kms el uno del otro y no nos hayamos visto. Me enfadaré cuando sepa que has alcanzado un micro objetivo y no me lo hayas contado. Eres muy grande y cada día lo serás más.
Gracias por tus palabras. Es muy agradable recibirlas después de haber sido tan injusto con este post. Un abrazo!
El “cabrón” se ha emocionado al leer esto.
Uno de los más notables éxitos en la vida de la “astilla” es su grupo de amigos. Algunos, como tú, para enorgullecerse.
Uno de los más notables éxitos del “palo”, haber criado a esa astilla. Aunque el mérito es más de la madre, sin duda.
Un abrazo y muchas gracias por tus palabras.
Jaime, el palo, el cabrón…
Gracias por todo Jaime. Me encanta haberte emocionado y haberte devuelto un poco de lo que me has dado todo este tiempo. Un abrazo!