Este problema “insignificante”, lo padecen varias personas que creen que:
– Para ganarse la vida necesitan la firma de alguien.
– Sus hijos necesitan una rúbrica.
– Por tener un autógrafo son mejores.
Lo peor de la titulitis:
Te impide ser #CEO. El rey eres tú. Fírmalo tú!
- Si saco matrícula de honor en todo, pero suspendo una asignatura y no tengo título… ¿Es mejor otro con diploma? ¿Y si sus notas son bajas? ¿Y si ha utilizado “trampas”?
- Si los dos tenemos “firma”, las mismas notas, y somos más o menos igual de guapos… ¿Nos diferencia ALGO?
- Si tiene peores notas pero tiene enchufe. ¿Lo tengo fácil?
Todas las empresas son sectas.
Pretenden captarte como cliente. Y sobre todo “fidelizarte”. A mí, personalmente me encanta que me fidelicen, sobre todo cuando hay emociones positivas. ¿Suena bien?
Esta pirámide te empuja a tener el síndrome de la titulitis.
En la cúspide, pongamos, a los presidentes, ministros y estas cosas que van rotando pero que están encantados, ¡vaya!
¿Pondrías a tu hermano de Vicepresidente si pudieras?
Ellos también, pero como no pueden, le montan una empresa (fantasma si hace falta) y no te enteras de nada si son algo listos. O lo enchufan en otra empresa (si estudió una carrera es suficiente, aunque fuera con pinganillo, o con apellido).
¡Ah! ¿Te parece una tontería?
Más tontería me parece a mí que esa gente, no creo que hagan ni curriculum, ni que sepan hacerlo como tú dentro de poco para cambiar el mundo. (Sí, muy en serio).
”Marca Personal” y “2.0”
Para mí, es más importante mi actitud que mi página web. Para ti, creo que debería de ser lo mismo. “¿Quién eres? ¿Una web? ¿O lo que tratas de transmitir?”
Ser feliz y ganar dinero desarrollando tu sueño, por muy loco que parezca al principio, es tan simple como trabajar, o emprender. Y no dejar de estudiar nunca, carreras “normales” o carreras en “tu casa”.
Las familias directas están enchufadas. Los amigos, y todos los conocidos que pudieron meter.
¿Quién está en la base de la pirámide y no suele ser titular en el equipo?
Los “curritos”, de hecho, los que más “curran”.
¡Hasta existen becarios y trabajos en prácticas!. ¿Qué pasa aquí?
A estas personas las admiro. Se llevan el trabajo a casa si hace falta. Siempre creen que hace falta, por eso las admiro, no por sacrificarse “8 horas al día porque sí”. Si pusieran jornada de 16 horas, irían 16 y tomarían dos descansos en lugar de uno. Se dejan llevar…
Vienen de competir masivamente en Universidades para alcanzar una cadena de oro a la que llaman “trabajo por cuenta AJENA”.
Sin los explotados, las empresas no funcionarían, pero los tienen dominados. Incluso a veces, se burlan de ellos poniendo a liberados sindicales a su lado.
INCLUSO los sindicatos se burlan, y dejan notas contradictorias sobre tu mesa:
Hoy – “Afíliate”
Mañana – “Esquirol”
“Trabajar con pasión, para mantener uno de esos puestos, no es suficiente si en tu empresa hay cánceres”
“Adiós a la titulitis”
Mi carrera autodidacta no va de aprobar exámenes con profesores que no me conocen, va de estar tranquilo conmigo mismo y si cualquier experto pierde su tiempo revisando mi trabajo, dirá “buen trabajo”.
Me ocurre a menudo, y no por lo bueno que soy en promoción 2.0, que no demostré nada; sino por el corazón y la verdad que hay detrás de todo esto.
Mis padres, mis mejores ejemplos sin título universitario. Sus mejores títulos son 3 como yo:
No los puedo ocultar, y menos a ellos.
Hoy me atrevo, porque soy mejor que antes, pero tampoco puedo ocultar lo peor de mí. Mi dura etapa con el hachís, y que le di la vuelta a la pérdida de mi mejor amigo por la jodida cocaína como ya conté cuando anuncié el fin de la crisis española en este artículo
Si tienes un agujero, mete un muelle en él. Luego, salta sobre el muelle. Seré seguidor tuyo.
Sin título de Bachiller, mi madre llegó a tener 4 fruterías, ahora 2.
Hace más de 20 años empezó con la primera, ella solita, y aún a día de hoy dice: No tengo ni idea de negocios, sólo sé de “cuidar al cliente”. Y me enseñó a hacerlo.
Cuando fuí frutero, os di la mejor fruta, verdura, pan, y sonrisa, gracias a ella.
Hoy tiene 56 años, muchos médicos visitados, trabajos duros en su espalda, varios robos soportados en todas las fruterías, incluso en la que trabajé yo, (entraron a mediodía forzando la cerradura, cuando yo no estaba y se llevaron poca cosa).
La vida del trabajador es así. Una vez mi padre acompañaba a mi madre un domingo de noche para recoger una factura olvidada, entró en Frupan 1, y dentro se encontró a oscuras con un ladrón que había entrado por unas ventanitas. Lo dejó escapar, acertadamente.
Corriendo, todos. Jajaja nos podemos reír. No pasó nada.
Sin título Universitario, mi padre, con 58 años, es gerente en un concesionario de una conocida marca de vehículos.
Después de viajar por medio mundo con mi madre, gracias a ser de los mejores “vendedores” y ser premiado por ello (Bali, Sudáfrica, Shangai, etc…) , parece que se han fijado en alguien sin título universitario, por sus resultados innegables, y lo han puesto en su escaparate.
Ya estaba en mi pedestal desde que vendía alarmas, o era carnicero.
Por la forma de hacer su trabajo, mi padre lleva toda mi vida siendo mi principal referente profesional, y cuando fuí comercial por primera vez lo entendí todo. Me avergüenzo cada día más, de no llamarlo todos los días por teléfono para decirle, aunque sea lo mismo, una y otra vez.
“No eres normal Papá, ahora entiendo tu éxito. Te has dedicado a darle a tus clientes tu corazón, como Mamá, y de eso sí que sabéis”.
No hay título ni varas para medir esta grandeza del ser humano
Lo que siento por mi familia, no lo puedo explicar, pero si dejo mi alma en mis letras es porque ellos saben que cuando soy maravilloso, soy el mejor del mundo. Sólo ellos, pero me vale.
No tienen marca personal, ni web, ni nada de eso.
Sólo leen lo que me interesa que lean, porque ellos, no están de acuerdo con todo lo que digo. Tampoco lo pretendo, ¡claro!.
Cuando escribo tostones, es porque sé, que pocos llegaréis hasta aquí. Sólo vosotros merecéis mi sinceridad plena y que quite el corazón de mi pecho para regalarlo. Después de esto… ufff, mis hermanos “van a flipar”.
Aunque es beneficioso para “todos” crear una marca personal 2.0, permitidme que a mi familia no se lo exija. A ti tampoco te lo exijo, sólo aporto alternativas a un sistema que me parece demencial.
Si vais a hacer un mitín contra la guerra, no me llaméis, ahora, si vais a hacer un mitin a favor de la paz, entonces sí, llamadme. – Teresa de Calcuta
No te pegues cabezazos contra la pared, busca una puerta con optimismo. Sí, la encontrarás. – Ivan Avanza
Mi hermana, siendo muy pequeños, me dio un consejo que le doy a mis amigos hoy en día:
“No puedes ser el más inteligente, pero esforzarte… ¡eso sí que puedes!”
Mi hermana es de esas personas que nunca se equivocan. Lo hace todo con paciencia y delicadeza. Tiene su propia academia, dónde enseña a universitarios a entender mejor movidas tan raras como la termodinámica, mecánica de fluídos, y más locuras físico-químicas. (Actualización: Hoy es profesora de instituto!)
En su casa, le robaron el corazón tres personas: su marido, su hija pequeña, y su bebé pequeñito. Todo el que la conoce se enamora de su forma de ser, personal y profesionalmente. Es imposible explicarlo, créeme, lo intenté. Dejé esta simpleza, porque borraba tanto como escribía, pero me ocurre siempre que hablo de alguien. Siempre soy injusto, y con mi hermana, que es perfecta, pues eso, peor.
Mi hermano, el mediano, es el hermano mayor de toda la familia. Es nuestro pilar fundamental.
Si él está presente, todo funciona. Es un tipo duro que ama a su mujer, a su hijo, y al próximo que viene en camino (Actualización: Ya está aquí el enanito!), pero que “es un animal” desde que era pequeño. Es muy fuerte… sin ser de revista, pero “un animal”, como decimos aquí. De estos fuertes que no les hace falta ir al gimnasio, pero que sólo allí encuentran el peso que necesitan levantar.
Una santa, y dos terremotos: Mis hermanos y yo somos el mejor equipo del mundo desde niños.
Sobre todo en la calle, dónde jugábamos todos los días cuando éramos muy pequeños, con toda la pandilla.
A algunos de nuestros amigos hoy los consideramos nuestros hermanos. “Eso se cocía antes en las calles”.
No sólo droga, que también.
Yo siempre fuí muy delgadito (los brazos más delgados de la foto son míos), y aunque era muy rápido jugando a fútbol, mi hermano siempre fue más rápido que yo antes de lesionarse. Yo era un jugador más técnico, pero él era el Roberto Carlos de Ferrol.
“Esa gente que a un balón viejo le dan una patada y sacan la goma fuera del cuero”. Nunca más volví a ver eso y jugué durante 24 años a fútbol en competición, en pachangas, y en el pasillo de casa. El partido más catastrófico de mi vida fue el día que mi hermano se rompió el ligamento cruzado anterior delante de mis ojos, y me quedé solo de repente, en nuestra gran banda derecha, intentando remontar un partido bañado de lágrimas.
No lo conseguimos, y estoy convencido de que no remontamos porque se cayó uno de esos capitanes que no necesitan brazalete.
Éramos 3 hijos poniendo peso y alas al mismo tiempo, desde que mi madre tenía 22 años y mi padre 24. A dos de sus hijos, hay gente que los mira mejor, por ser Licenciados, pero yo no miro hacia esos que tienen mal la vista.
No tengo “titulitis” y no me afecta.
Mis padres, nacieron el mismo día del mismo mes, de diferente año. Uno de Ortigueira y “la otra” de As Somozas, dos pueblos gallegos dónde vivieron su infancia de la forma más rural que te puedas imaginar.
Las estrellas se alinearon para mis padres y los unió, en una verbena. Desde que estudié un abánico tan amplio como sólo yo conozco, desde “la cabecita” hasta “el marketingcito” todo el mundo me recomienda cursos, libros, y no se dan cuenta de que yo ya dibujé mi mapa.
Tengo una lista de CQH (COSAS QUE HACER) y me paso el día buscando a “mis profesores”. Incluso mis amigos, cada vez más, también son “mis profesores”.
Así empecé en 2010, aprendiendo de los gurús lo que a mí me interesaba…
“Más actitud, y menos conocimientos”
Mis mejores estudios, los hice desde casa, con los mejores de mi mundo.
Para ser abogado, bombero, profesor de Universidad o de Instituto, ¡funcionarios vaya!, de su sistema piramidal… la ley exige títulín para ejercer. PERO…
Puedes vivir bajo tus propias normas sin depender de un diploma.