El coeficiente de optimismo es más importante que el coeficiente intelectual.
Esto es así, porque la mayoría de nosotros no somos superdotados, ¿entonces qué?
Pues nos diferenciamos por nuestras actitudes, y lo que nos define es nuestra personalidad.
El mejor ejemplo que aprendí, es que en la NASA, que todos tienen un coeficiente intelectual altísimo, les hacen pruebas de optimismo, porque en caso de que haya un problema en el espacio, necesitan una persona que esté pensando “Yo puedo, lo voy a conseguir” y no a una persona que está pensando “Me voy a caer, esto es el fin.”
Sí eres optimista ante la vida, vas a lograr tus objetivos. Si eres pesimista, ¿que pasará?
Si un equipo de fútbol sale a jugar pensando que va a perder lo más probable es que pierda.
Si sale a ver que pasa, probablemente, no pase nada, y es muy probable que pierda.
Así que, tú, sal a ganar cada día. No salgas a ver qué pasa!
Ahora estás a tope, pero te influyen temas externos, y la solución en este y en todos los casos, es definir el tipo de estrés que te afecta en cada momento, gestionarlo, y no darle más vueltas.
Hay dos tipos de estrés, el eutrés, y el distrés.
El eutrés, es un estrés positivo, que te hace mejorar, como por ejemplo, una crítica constructiva. Para gestionarla debes escucharla y aprovecharla al máximo.
El distrés, es un estrés negativo, que no vale para nada, como por ejemplo, un insulto, o una crítica destructiva, o una lesión. Para gestionarlo, debes desecharlo. Como si no lo escucharas.
Cuando alguien te critique, mira la forma en que lo hace. Cuando algo te preocupe, piensa si sirve para algo, si aprendes algo de todo ello. Busca lo bueno y quédate sólo con eso.
Un mismo insulto, le afecta diferente a una persona que a otra. Eso es porque depende de ti, que te afecte o no. Y no me refiero a tu fortaleza, voy más allá.
Si te llaman “Feo!” a la cara, hay varias posibilidades, pero sólo me centraré en dos:
Qué no te afecte porque eres guapo, y qué te afecte porque eres feo.
Así te demuestro que el modo en que te afecta depende de ti. Si te ha afectado porque te crees feo, es que te has parado a gestionar en tu cerebro algo que no vale para nada. Van rapídisimo los pensamientos, así que puedes castigarte un montón si eres pesimista.
Cámbialo! Después de aprender a diferenciar y definir el estrés. gestiónalo!:
“¿Me vale para algo ese insulto?”
No, es distrés, (vale) pues me resbala por el bien de mi salud mental. Siguiente!
Párate sólo a escuchar lo que te digan bien pronunciado. Rechaza por encima de todo el distrés, qué ni te roce. Cuánta más importancia le des peor será.
En resultados, se traduce en que serás más productivo si eres capaz de gestionar los factores externos que te afectan. Cuánto más rápido lo hagas, mejor. Además, estarás cuidando tu salud mental.
¿Sabías que el 99% de tu éxito está en tu actitud?
No está en tus conocimientos, ni en tu cara guapa.